¿Recuerdas esa niña que fuiste y como viviste tu primera luna? ¿Como te hubiese gustado que hubiese sido?

 

Te invito a recordar ese momento, a revivirlo dese la sabiduría y experiencia que ahora tienes para sanar y honrar ese momento tan especial en la vida de toda mujer.
 
Ahora que soy madre de una niña que dentro de poco sera mujer, quiero compartir con todas las madres e hijas que estén en esta misma situación  la información que he conseguido encontrar a través de diversos medios. Pues considero de gran importancia aprender acompañar a nuestras hijas en este momento para que lo vivan dese la naturalidad, el respeto y cariño que merece. Tal vez porque mi vivencia de este momento dejo en mi una herida muy profunda que tardo muchos años en sanar.
 
En nuestra cultura este momento esta lleno de preceptos negativos en torno a nuestra sangre menstrual, nuestra sexualidad, nuestro cuerpo y nuestros ciclos y todos estos conceptos negativos que se han ido transmitiendo de generación en generación han producido mucho sufrimiento. Y por fin ahora que la época de «patriarcado» esta cambiando gracias a que las mujeres están reconociendo su poder y ocupando el lugar que les corresponde, es el momento de que nuestras hijas se sientan bienvenidas, apoyadas, informadas y amadas en su primera regla. Y así establecer una relación de confianza y conexión con nosotras sus madres y con sus propios cuerpos de mujer.
 
Algunos de los consejos que os puedo ofrecer son:
 
1- Informar a tu hija de como funciona su cuerpo biologicamente. Es decir como son sus órganos y como funcionan. Pero a esta información  puedes complementarla con algo muy importante que son sus ciclos, es decir su conexión con la Tierra y la Luna, para que su comprensión de quien es y en quien va a convertirse sea mucho más completa. Pues el paso de Niña a Mujer es sagrado por muchas razones como por ejemplo su capacidad de dar vida. Para poder hablarla de todo esto puedes utilizar libros y cuentos como por ejemplo:
    Ludmila y sus lunas de Germana Martin
    Mama, me ha venido la regla de May Marta y Julia Serrano
    El Tesoro de Lilith de CArla Trepat y Anna Salvia
    El libro Rojo de las Niñas de Cristina Romero y Francis Martin
    Las lunas  de Victoria de Aboitiz
 
2 – Hablale de como fue para ti ese momento. Como lo viviste, tus emociones, etc…
 
3 – Honrar juntas el linaje femenino. Hazla entender que forma parte de una cadena, que es el linaje femenino de su familia, es decir que es un eslabón de una cadena que se pierde en la memoria de los tiempos ancestrales, y que continuara cuando ella ya no este aquí.
Como hija, ha estado dentro del vientre de su madre y su abuela (pues el ovulo del que nació ya estaba en los ovarios de su madre cuando esta era tan solo un feto en el vientre de la suya).
Si honramos este hecho recordaremos de donde venimos y nos resultara más fácil saber hacia donde vamos.
 
4 –Ayudarla a conocerse a si misma, a través del conocimiento de sus ciclo y sus 4 fases,para que no luche contra si misma, sino que aprenda a aceptarse y respetarse. Es sencillo de conseguir, tan solo se ha de llevar un diario en el que anotará: Fecha, día del ciclo en el que se encuentra, fase lunar, nivel de energía, emociones, salud ( cansancio, sueño, alimentos, antojos), sexualidad (activa, pasiva, cariñosa, sensual), sueños, su relación con el mundo (creatividad, deporte, organización, concentración, forma de vestir etc…) Si observa este diario durante  varios meses descubrirá  ciertos patrones que se repiten y que pueden ayudarla ha afrontar su vida de un modo muy practico e inteligente.
 
Este es un diagrama  ofrecido por «mujerciclica», donde puede resumir lo que anoto en su diario y verlo de un modo más esquemático.
 
Las cualidades generales de  las 4 fases son :
* Preovulación: confianza en si misma, muy sociable, y con gran capacidad de afrontar los desafíos de la vida cotidiana, gran poder de concentración. Activa sexualmente.
 
* Ovulación: irradia amor, armonía, deseo de compartir, capacidad de asumir responsabilidades y producir proyectos e ideas.
 
* Premenstrual: creatividad desenfrenada, según se acerque hacia la menstruación se experimenta intolerancia lo mundano y cotidiano, aumentando la irritabilidad, disminuye la concentración, pero aumenta la intuición , perspicacia e inspiración.
 
* Menstruación: Mayor interacción con los sueños, nos sentimos parte de la naturaleza, es una etapa de introspección, de alejarse del mundo, de dormir y descansar. De soltar lo que ya no nos sirve.
 
5- Conectar con la Sangre. La sangre menstrual no es algo que deba avergonzarnos, ni darnos asco. Si no  todo lo contrario, es sangre sagrada, sangre que nos une a la tierra y nos ayuda a enraizarnos en ella, pues si dejamos que fluya libremente lo hará desde nuestro interior por el primer chacra hasta alcanzar la tierra, para nutrirla, para seguir permitiendo que haya vida sobre ella. Es sangre e amor porque con ella se da forma a un nuevo ser, sangre que se transforma en leche para alimentar al bebe. 
Honrando, respetando y amando su cuerpo de mujer, su vulva, pues a través de este órgano de las mujeres llegan al mundo todos los seres humanos, el la puerta de entrada a la encarnación.
 
6- Celebrar la primera menstruación. Es un momento muy especial y sería bonito poder recordarlo con ilusión y cariño, recibiendo atenciones especiales como un bonito ramo de flores, un vestido, una joya, un perfume, un diario especial, o incluso una celebración, como se hace en muchos lugares del mundo, como por ejemplo la tribu Aiary de Brasil, la tribu Tiv de Nigeria, Sri Lanka, etc…
En nuestra cultura esto no es lo habitual, sino que recibimos la información de que ya somos mujers de una forma bastante fría y distante donde solo se nos ofrece la información de carácter biológica acompañada de los productos de higiene intima para ese momento. Sintiendo este momento como un gran vacío al que le falta información y reconocimiento e incluso solemos vivirlo desde el miedo, la vergüenza, la confusión y la tristeza. Cuando lo ideal es que sea vivido como nuestras hijas decidan, sin importarles nada, sin tratar de imponerlas lo que a nosotras nos falto y para ello, como madres debemos saber escucharlas, respetarlas y acompañarlas.
 

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